Esposa complaciente Comiendome su rica vagina es castigada por su marido para ser una buena esposa que se fole al abogado de su divorcio, y que tenga muchas ganas de rabo. El marido no se atreve a darle la charla más breve a la putita, pero en cuanto le baja los pantalones, se queda flipando de lo que se ve entre las piernas, especialmente el ano cuando se pone boca abajo en la cama mientras ela se pone a cuatro patas y deja que la verga le estala hasta adentro, sin que se detengan en el sexo salvaje sobre el escritorio y en todas las posturas que puede hasta corerse, y la boca no va a desperdiciar la leche ni un segundo Colegialas.